jueves, 31 de mayo de 2012

1ero.: ¿LA NECESIDAD LLEVO A LA AGRICULTURA?


A partir del año 8.000 AC, se produjeron cambio climático importantes (época pos-glacial) esto genero cambios en la vida del ser humano. El aumento de la población aliado con la fuga de los renos hacia el norte, provocaron una disminución de la caza. Si a todo esto le sumamos un aumento considerable de la población, tendremos como resultado la falta de alimentos.

El hombre, tuvo la necesidad de buscar una alternativa para subsistir, una forma de adaptarse, de superar este nuevo rito; y lo hizo: desarrollo la agricultura. El porqué de no haberla desarrollado antes es explicado por Rousseau: según él es “…porque los árboles, que con la caza y la pesca proveían a su alimento, no necesitaban sus cuidados, sea por desconocer el uso del trigo, sea por falta de instrumentos para cultivarlo, bien por falta de previsión para las necesidades futuras, sea, en fin, por no haber medios para impedir a los demás que se apoderaran del fruto de su trabajo”[1]; o sea no existía una necesidad de cultivar ya que el alimento existía en cantidad suficiente, como todo cambió, surgió la necesidad de buscar alternativas para la simple caza y recolección, así surge: la agricultura y la ganadería.

El “principio” tanto de la agricultura como de la ganadería fue difundido de forma semejante a la del fuego. Se llega a hablar de intercomunicación entre diferentes tribus con el fin de difundir este descubrimiento.
            
          Podemos afirmar que las principales característica del neolítico son la completa domesticación de algunos animales (el asno, el caballo, el reno y otros), la sustitución de los útiles de piedra tallada por los de piedra pulimentada (que no es la novedad más importante, si bien es la que da nombre al período), una práctica desaparición de las manifestaciones artísticas y el desarrollo de los cultivos en la primera fase, seguida de un decaimiento general.


El surgimiento de la agricultura en el mundo



[1] ROUSSEAU, “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”, Espasa Calpe, Madrid, 1923.

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