jueves, 31 de mayo de 2012

1ero. El origen de la escritura


El comienzo de la Historia tiene lugar hacia el 3500 a.C. con la creación de la escritura. La escritura mesopotámica surgió en las ciudades con el objetivo de llevar la contabilidad en los templos (para controlar las cosechas, el pago de impuestos...).

Los reyes utilizaron sistemas de escritura para escribir órdenes, fijar leyes y redactar códigos. También se empezaron a escribir textos literarios y religiosos.


1ero. MESOPOTAMIA


          Junto al el neolítico, más exactamente entre los años 6.000 y 5.000 AC, entra en escena un territorio denominado: Mesopotamia del griego: "entre ríos" es el nombre por el cual se conoce a la zona del Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, si bien se extiende a las zonas fértiles continuas a la franja entre los dos ríos, y que coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak.

Heródoto llamaba a Egipto “un don del Nilo”. De la miasma manera se puede llamar a Mesopotamia un don de los ríos gemelos: Tigris y Éufrates. Los dos ríos nacen de las montañas de Armenia, y cuando en la primavera comienzan a fundirse nieves, sus aguas inundan la llanura y depositan su limo fertilizante.

Todos los avances desarrollados en la etapa más temprana del neolítico encuentran en el interior de Mesopotamia un lugar propicio para continuar su desarrollo. Este rápido desarrollo trajo consigo la aparición de ciudades. Con avances en las técnicas cerámicas, riego[] y la construcción de los primeros templos urbanos.

Luego de una evolución la civilización urbana se asentó definitivamente con enormes avances técnicos como la rueda y el cálculo, realizado mediante anotaciones en tablillas de barro y que evolucionaría hacia las primeras formas de escritura.

            La historiografía trata de crear marcos en la historia, estos son una respuesta a la necesidad de demarcar épocas y facilitar el estudio de las mismas, para marcar la transición entre la prehistoria neolítica y la historia podemos citar a dos hechos importantísimos que se tornaron verdaderos marcos:
ü  La creación de núcleos urbanos, y
ü  La aparición de la escritura como medio de comunicación.
      
       En la vanguardia de esta transición esta una civilización, la primera, llamada de Sumer, considerada la cuna de la historia.








1ero. Las Primeras Civilizaciones


  • ü  Surge con el inicio de la vida sedentaria, en el transcurso del neolítico y la practica estable de la agricultura.

    Ubicación:
    ü  Los grupos humanos se establecen en los lugares más propicios:
    ü  Cercano Oriente;
    ü  Lejano Oriente;
    ü  Mesoamérica e Andes Centrales.

    Cercano Oriente:
    ü  Abarca: Egipto, Mesopotamia y el corredor Sirio (la franja de tierra asiática que bordea el Mar Mediterráneo);
    ü  Las condiciones geográficas de estas zonas son favorables para la existencia humana: un clima apropiado y la existencia de corrientes de agua (Nilo, Tigris, Éufrates).

    Lejano Oriente:
    ü  Abarca:
    ü  Las llanuras de los ríos Indo y Ganges (India);
    ü  Las llanuras de los ríos Hoang-Ho (Amarillo) y Iang Tse Kiang (Azul) -China-.

    Mesoamérica e Andes Centrales:
    ü  Abarca: la zona comprendida entre México y la región nordandinas de América del Sur.

      


1ero.: ¿LA NECESIDAD LLEVO A LA AGRICULTURA?


A partir del año 8.000 AC, se produjeron cambio climático importantes (época pos-glacial) esto genero cambios en la vida del ser humano. El aumento de la población aliado con la fuga de los renos hacia el norte, provocaron una disminución de la caza. Si a todo esto le sumamos un aumento considerable de la población, tendremos como resultado la falta de alimentos.

El hombre, tuvo la necesidad de buscar una alternativa para subsistir, una forma de adaptarse, de superar este nuevo rito; y lo hizo: desarrollo la agricultura. El porqué de no haberla desarrollado antes es explicado por Rousseau: según él es “…porque los árboles, que con la caza y la pesca proveían a su alimento, no necesitaban sus cuidados, sea por desconocer el uso del trigo, sea por falta de instrumentos para cultivarlo, bien por falta de previsión para las necesidades futuras, sea, en fin, por no haber medios para impedir a los demás que se apoderaran del fruto de su trabajo”[1]; o sea no existía una necesidad de cultivar ya que el alimento existía en cantidad suficiente, como todo cambió, surgió la necesidad de buscar alternativas para la simple caza y recolección, así surge: la agricultura y la ganadería.

El “principio” tanto de la agricultura como de la ganadería fue difundido de forma semejante a la del fuego. Se llega a hablar de intercomunicación entre diferentes tribus con el fin de difundir este descubrimiento.
            
          Podemos afirmar que las principales característica del neolítico son la completa domesticación de algunos animales (el asno, el caballo, el reno y otros), la sustitución de los útiles de piedra tallada por los de piedra pulimentada (que no es la novedad más importante, si bien es la que da nombre al período), una práctica desaparición de las manifestaciones artísticas y el desarrollo de los cultivos en la primera fase, seguida de un decaimiento general.


El surgimiento de la agricultura en el mundo



[1] ROUSSEAU, “Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los hombres”, Espasa Calpe, Madrid, 1923.

1ero. ¿Cuál fue el origen del hombre Americano?


La presencia de pueblos desconocidos, algunos de ellos en un desarrollo cultural relativamente “adelantado”, planteo a los europeos desde el descubrimiento de América, el problema del origen y la antigüedad de estos pueblos. Esto generó la aparición de diversas teorías. Así, hubo quienes les adjudicaron un origen semita explicándolo por migraciones de cananeos, fenicios, cartagineses o hebreos. Otros se pronunciaron a favor de un origen mediterráneo (griego, español o egipcio). Tampoco faltaron quienes basaron sus explicaciones en viejas leyendas de continentes desaparecidos, como la famosa Atlántida.

Hoy, la comunidad científica, luego de diversos estudios: geológicos, arqueológicos, antropológicos, etnográficos y lingüísticos, considera más aceptada la teoría de la o las migración asiática, a través del estrecho de Bering. Esta idea es defendida por diversos autores como Antonio Ulloa, Samuel G. Morton, Timoyhy Flint, Keith y Hrdlicka, éste último se torno el principal defensor de la teoría. Por ser la más admitida la analizaremos de una forma profunda.

           Geológicamente se ha comprobado que Asia y América estuvieron unidas, en ciertas épocas, a través de un puente terrestre llamado Beringia, cuya formación parece remontarse al terciario. La presencia de dicho paso se debió a las fluctuaciones que en el nivel del mar ocasionaron los avances y retrocesos glaciales. Técnicamente se les conoce con el nombre de regresiones (a la baja del nivel de las aguas) y trasgresión (al aumento del nivel) por las características peculiares de la plataforma continental a la altura de el Estrecho de Bering, una regresión de tan solo 46 metros dejaría al descubierto un angosto puente entre Chukotka (Asia) y Alaska a través de la isla de San Lorenzo; una regresión de 100 metros expondría a la superficie prácticamente la totalidad del fondo marino correspondiente a los mares de Bering y de Chukchi uniéndose, de esa manera, ambos continentes. Esta fue la ruta que necesariamente debieron utilizar vegetales, animales y hombres para su paso desde “El Viejo al Nuevo Mundo”.

El motivo de esta migración parece ser el de suplir las necesidades alimenticias.

Aunque Asia y América constituyeron un todo varias veces durante el transcurso de los glaciales, solo nos interesan las fluctuaciones ocurridas en el último de ellos, el Winsconsin, dividido en tres estadios: temprano, medio y tardío.

El ultimo glacial americano fue testigo de dos grandes regresiones: la primera durante el Winsconsin temprano cuando el nivel bajo a -115 metros y la segunda en el Winsconsin tardío -120 metros. En el Winsconsin medio, una serie de oscilaciones cálidas aumentaron el nivel de las aguas cubriéndose gran parte del puente terrestre.

De acuerdo con lo anterior, solo en dos oportunidades se contó con las condiciones necesarias para la “invasión” de América: entre 50.000 y 40.000 años atrás (Winsconsin temprano) y entre 28.000 y 10.000 años atrás (Winsconsin tardío).

Desde los estudios geológicos se deduce, pues, que si el hombre americano vino a América desde otro continente, las condiciones más propicias se le brindaron para hacerla desde Asia a través del estrecho de Bering. Además, al admitirse la posibilidad de dos o más “grupos migratorios”, se explican las diferencias entre las etnias.

Esta hipótesis se vio fundamentada por la lingüista estadounidense Joseph Greenberg; según la ambiciosa síntesis de datos lingüísticos, genéticos y dentales que propuso, los primeros americanos habrían llegado de Asia en (al menos) tres oleadas distintas, cada una de las cuales originó un grupo de lenguas diferente.

Las fechas también parecen concordar con los datos arqueológicos disponibles: basándose en el grado de diferencia entre las lenguas, se ha calculado que la lengua más antigua se hablaba en Alaska hace unos 12.000 años. Y los emplazamientos de los pueblos clovis, considerados los más antiguos vestigios del continente se remontarían a 11.500 años.

Muestras de ADN, recogidas de tribus, y un análisis molecular fino muestran que pueblos indígenas muy diversos (Esquimales de Alaska, Kraho y Yanomamos de Brasil) tienen más genes comunes que lo que se creía. El estudio hace pensar que estas etnias descenderían de una misma población cepa que, desde Asia, habrían llegado a América del Norte en una o varias migraciones.

Según los testimonios de las migraciones humanas, los primeros pueblos que se desplazaron hacia el continente americano, procedentes del noreste de Siberia hacia Alaska, portaban utensilios de piedra y otras herramientas típicas de mediados y finales del periodo paleolítico de la edad de piedra. Estos pueblos probablemente vivían en grupos de unos 100 individuos, pescando y cazando animales como venados y mamuts. Eran nómades y trasladaban su campamento unas cuantas veces al cabo del año para aprovechar los alimentos de cada estación. Al parecer, los primeros asentamientos se ubicaron en Alaska y más tarde fueron desplazándose hacia el interior del continente americano, buscando eliminar sus necesidades alimenticias.

Como dijimos antes, solo en dos oportunidades se contó con las condiciones apropiadas para la “invasión” de América por el estrecho de Bering: entre 50.000 y 40.000 años atrás (Winsconsin temprano) y entre 28.000 y 10.000 años atrás (Winsconsin tardío); estas fechas son a las procedentes de yacimientos arqueológicos. Por ejemplo, en el Yukón, en el actual Canadá, se han descubierto utensilios de hueso cuya antigüedad ha quedado fijada en el 22.000 AC, mediante las técnicas de carbono radiactivo. Los restos de hogueras descubiertas en el valle de México datan del 21.000 AC; se han hallado algunas lascas de herramientas de piedra cerca de ellas, lo cual determina la presencia humana en aquella época. En una cueva de la cordillera de los Andes peruanos, cerca de Ayacucho, los arqueólogos han hallado utensilios de piedra y huesos de animales triturados, cuyo origen se ha datado en el 18.000 A.C. Otra cueva de Idaho, Estados Unidos, contiene restos parecidos que datan del 12.500 AC. En ninguno de estos yacimientos aparecen objetos o herramientas con un estilo diferenciado.

El único objeto hallado que sí tiene un estilo propio apareció hacia el 11.000 AC y se conoce como puntas clovis. Los Clovis, una cultura prehistórica americana, que data del 11.500 al 11.000 AC; recibieron ese nombre porque el yacimiento en el que se han encontrado los objetos que la definen está próximo a Clovis (en el este de Nuevo México, Estados Unidos). Las primeras excavaciones se realizaron en el año 1932. Los elementos más característicos de esta cultura de la edad de piedra son puntas de proyectiles de sílex empleadas para dar caza a animales de gran tamaño, principalmente mamuts y bisontes. Estos filos, ricamente tallados, terminaban en una prolongación en forma de hoja con estrías a ambos lados, generalmente hasta media altura, y una base ligeramente cóncava. Medían entre 4 y 13 cm y se encajaban en palos de madera.

Las puntas de proyectiles encontradas en el yacimiento de Blackwater Draw estaban junto a huesos de mamut. En otros asentamientos (lugares al aire libre en donde los cazadores daban muerte a los mamuts u otros animales y después los descuartizaban) se han hallado herramientas de hueso y marfil, raspadores de piedra, piezas cortantes y martillos de piedra. Se considera que este material pone de manifiesto la presencia de algunos de los primeros seres humanos que cruzaron el puente de tierra helado del estrecho de Bering y se establecieron en el continente americano.

Aunque la cultura de Clovis se extendió por casi toda Norteamérica, especialmente sobre la zona central y sur occidental, puede haber alcanzado Centroamérica.

Todos estos testimonios arqueológicos nos llevan a concluir que:
ü  El hombre, una vez más, buscando suplir la necesidad de alimento, emigró,
ü  La hipótesis anteriormente expuesta, puede ser inclusive complementaria a otras teorías, los primeros “conquistadores” de nuestro continente tal vez no llegaron por la Beringia, pero seguramente fue de esta forma que llegaron gran parte de nuestros antepasados.
ü  El hombre americano desarrollo un utillaje importante, que lo ayudo a sobrevivir, a enfrentar el nuevo rito.

1ero. PREHISTORIA AMERICANA

Gracias al estado actual de las investigaciones, podemos obtener una visión aproximada y objetiva de las más lejanas épocas prehistóricas americanas, que se remontan a miles de años atrás.
Entendemos por Prehistoria de América, al estudio histórico de los pueblos aborígenes americanos, desde el origen del hombre en este continente, hasta el período en que comenzó el contacto de los pueblos indígenas con los descubridores y conquistadores.
A la llegada de los europeos, América estaba poblada (desde las regiones sub-árticas hasta el extremo austral) por una diversidad de pueblos, que se habían desarrollado en variados y diferentes niveles culturales. Coexistían aborígenes que se encontraban desde un primitivo estado salvaje hasta en núcleos urbanos de “altas culturas civilizadas”.

Períodos culturales
          
El “progreso” cultural americano no fue un fenómeno uniforme; algunas regiones evolucionaron más rápido que otras. A estas regiones se las conoce con el nombre de áreas nucleares, son las que difunden sus conocimientos a otras zonas.
            Se pueden distinguir dos grandes áreas nucleares, que coinciden con las regiones donde surgieron las grandes civilizaciones: Mesoamérica y Andes Centrales.
            Para explicar y comprender los modos de vida del hombre americano, distinguiremos diversos períodos o etapas:
ü El Lítico o Paleoindio,
ü El Arcaico,
ü El Formativo,
ü El Clásico, y
ü El Posclásico.

El Lítico o Paleoindio

Comprende desde la llegada del hombre a América, hasta aproximadamente el  8.000 AC, el desarrollo evolutivo de la cultura experimentó escasas modificaciones. Es un período de adaptación al medio.
Las “bandas” que fueron llegando a América eran recolectoras y cazadoras. El núcleo básico de la organización social eran aquellas compuestas por una gran familia nómada, que se desplazaban por extensos territorios buscando saciar sus necesidades de alimento, para esto persiguen vegetales y animales.
Mastodonte
En ocasiones, necesitaban unir sus fuerzas para cazar las presas que constituían parte importante de su alimentación. Eran de gran tamaño y se las denominó mega-fauna, como el mastodonte, el mamut, etcétera.
Alrededor de unos diez mil años atrás, la mega-fauna se extinguió, coincidiendo con el fin de la última glaciación. Nuevas especies de animales ocuparon su lugar. Desde el pos-glacial, los habitantes se alimentaron de la fauna que existe en la actualidad.
Los modos de vida de este período no fueron homogéneos. Así como hubo bandas principalmente cazadoras, también existían otras ligadas más a la recolección de especies vegetales.
Con el consiguiente cambio climático, las bandas Paleoindias tuvieron que adaptarse a las nuevas condiciones ambientales. Esto implicó cambiar muchas prácticas y costumbres, desde el uso de técnicas y armas de caza, hasta los hábitos alimenticios; (responder frente a las nuevas necesidades).

El Arcaico

Este período de la Prehistoria de América coincide a grandes rasgos con el Neolítico, analizado anteriormente.
Las comunidades lograron un acabado conocimiento de su entorno, de los ciclos de la naturaleza, y de la movilidad de los animales.
El período Arcaico se caracterizó por la adopción de un modo de vida sedentario. Una característica esencial de él fue el paulatino aumento de los vegetales en la dieta alimenticia.
Con el tiempo, el ser humano aprendió a reproducir las especies comestibles (entonces surgieron las primeras aldeas agrícolas) y aprendió a domesticar algunas especies.
En América se cultivó una gran cantidad de especies vegetales, de las cuales la más importante fue el maíz, base aún de la dieta indígena.
Alpaca
En cambio, solo un reducido número de animales fue domesticado: el cuy, el pavo, la llama, la alpaca, la gallina araucana y el perro. Posiblemente este último haya acompañado a las bandas que ingresaron al continente.
En síntesis, este período mostró una creciente dependencia de los alimentos vegetales, lo que llevó a una gradual domesticación de ellos y a los primeros ensayos agrícolas.
La “creación” de una dieta más regular y más nutritiva también tuvo un efecto determinante en el crecimiento de la población. Se inició la técnica textil del algodón.
La formación de las primeras aldeas, implicó un desarrollo social más complejo que el de las bandas de cazadores, estableciéndose un sistema sedentario que se inició en esta etapa, para generalizarse en el período Formativo.

El Período Formativo

El período Formativo se extiende desde el 2.000 AC hasta el 300 AC. Se caracterizó por la existencia de sociedades con diferentes economías: agrícolas, marítimas y pastoriles, e inclusive mixtas.
La presencia de una ideología compleja, el centro ceremonial y los grandes estilos de arte son los rasgos distintivos de las sociedades de la etapa Formativa.
Existían edificios públicos como templos, plazas, almacenes, estelas y estatuas.
Se utilizó la arcilla (desarrollando la cerámica), fibras vegetales y animales, como el algodón y la lana de auquénidos, base de la textilería.
En el período Formativo terminó la relativa homogeneidad en la evolución cultural americana y se inició el desarrollo sociocultural de las dos grandes áreas nucleares de América: Mesoamérica e Andes Centrales.
El Período Clásico

     El período Clásico se extendió, aproximadamente, desde el 300 AC hasta el 900 DC. Se caracterizó por la formación de civilizaciones regionales, los comienzos del urbanismo, el desarrollo del concepto de Estado (reinos, ligas de ciudades), y un avance artístico. Sin embargo, no constituyeron aún Imperios en el sentido político y militar del término.
El Período Posclásico
          
        El período Posclásico se identifica en especial por la presencia de reinos o imperios que continuaron el desarrollo cultural y artístico de los períodos anteriores, pero que se expresaron plenamente por su voluntad política dominadora.
            En términos cronológicos, se desarrollaron desde el 900 DC hasta la llegada de los españoles, que pusieron término a esta etapa de la cultura precolombina.